Castellón es ejemplo de lo que no se debe hacer, si la intención es apostar  por el desarrollo sostenible. Y el futuro pinta aún más negro en un litoral  donde el cemento ha ganado la batalla a la agricultura, hasta hace poco dueña de  los terrenos más preciados. El peligro es que invada también los espacios  protegidos, que aún "sostienen" amplios márgenes junto a las playas.  
  Medio Ambiente critica "la caótica costa" de Castellón a Benicàssim
   En miles de casas se prohibirán grandes obras y recalificaciones
   El desarrollismo eclosionó en Castellón en los 90. Los remedios para paliar  la barrera urbanística ya existente son muy escasos. Las vacunas, muy caras. Y  el diagnóstico, muy grave. La Estrategia para la Sostenibilidad de la  Costa -el amplio diagnóstico sobre el estado del litoral que Medio Ambiente  ha elaborado en dos años de trabajo y al que ha tenido acceso EL PAÍS- lo  especifica en la radiografía sobre el litoral de Castellón.
 "Presión urbanística muy fuerte", "playas encajadas", "riesgo de saturación",  "incremento de demandas de playas" son algunos de los conceptos que utiliza el  plan de choque de Medio Ambiente contra el urbanismo salvaje al analizar  Castellón.
 Las estrategias para salvaguardar este litoral, tal como señala el documento,  pasan por la adquisición de terrenos en una franja de 500 metros, la protección  de los parques naturales costeros amenazados y por dejar "fuera de ordenación"  los puntos en los que existe una edificación masiva en el límite de la línea de  costa como al norte de Peñíscola, Marina d'Or y su área de expansión, y la zona  comprendida entre el puerto de Castellón y Burriana.
 Esto significa que en decenas de miles de viviendas sólo se permitirían obras  de conservación y mantenimiento de los edificios pero no grandes modificaciones  ni cambios de uso.
 Sobre Marina d'Or afirma que "las intervenciones urbanísticas de gran impacto  que se están llevando a cabo al norte de Oropesa suponen un modelo urbano duro,  que entra en fuerte contradicción con las condiciones ambientales de la zona.  Generan una barrera en el frente litoral y provocarán una presión humana sobre  el mismo, insostenible en términos de futuro". El ministerio de Medio Ambiente  no sólo se ha fijado en el espacio ya construido, para el que propone una  "mejora de la calidad paisajística" y su declaración como "fuera de ordenación",  sino que hace referencia a las previsiones de desarrollo urbanístico que quiere  "vigilar".
 El hecho es que la expansión de la macrourbanización Marina d'Or se sitúa  junto a un parque natural, el Prat de Cabanes-Torreblanca, que no cuenta con  ningún "colchón" que imposibilite que a dos metros del límite del parque se  estén construyendo edificios.
 Además, en el mismo término de Oropesa, pero más al interior, está pendiente  de aprobación una macrourbanización de más de 18 millones de metros cuadrados,  proyectada bajo "el amparo" de la construcción de un parque temático. La  urbanización, que promueve también Marina d'Or, prevé un aumento de población de  hasta 200.000 habitantes, cuando la actual es de 10.000, e incluye 40.000  viviendas, tres campos de golf, seis hoteles con 7.500 plazas, una pista de  esquí artificial, un casino, 12.000 plazas de aparcamiento privadas, además de  otros aparcamientos públicos y residenciales, una zona nocturna de ocio con 34  locales y sus propios parques de atracciones, uno de civilizaciones y otro  acuático.
 Las previsiones apuntan a que la macrourbanización precisará de 20 millones  de metros cúbicos de agua al año, poco más de lo que consume la ciudad de  Albacete.
 "La invasión" del litoral no afecta sólo a este tramo, ya que la delegación  de Costas ha realizado un inventario en el que especifica la existencia de unas  600 edificaciones que invaden el dominio público marítimo terrestre a lo largo  del litoral castellonense. La estrategia se basa también en recuperar este  terreno, actuar contra los infractores y en retirar concesiones.
 Al norte de la provincia, el estudio de Medio Ambiente describe un tramo en  el que la edificación "coloniza de manera casi continua" el litoral, mientras  que la demanda de playas es superior a las posibilidades que ofrece la costa,  por lo que propone "no realizar más construcciones cercanas" a la línea  marítima. Entre Vinaròs y Benicarló, se apuesta por contener la urbanización en  primera línea, ya que aún existe una franja de suelo no urbanizable que  "constituye una banda de permeabilidad medioambiental muy positiva".
 Entre Peñíscola y Alcossebre se encuentran más de 10 kilómetros de frente litoral protegido en la Serra de Irta, declarado parque natural y Lugar de Interés Comunitario. Allí "debe evitarse el proceso urbanizador, a toda costa". Sin embargo, existe un riesgo de saturación urbanística en sus límites, por lo que Medio Ambiente plantea endurecer los criterios de protección frente a la presión urbanística.
 El norte de Oropesa está marcado por Marina d'Or, con "peligro de colmatación  humana" y sin posibilidad de realizar espigones de estabilización de la playa  para controlar la regresión de la costa. Mientras, el sur del término municipal  se plantea como una zona muy vulnerable, en la que todavía existe la posibilidad  de contener la urbanización. Para ello, el proyecto propone la compra de los  terrenos de la línea de costa para ejecutar un recorrido turístico cultural y  natural para peatones y bicicletas.
 Entre Benicàssim y Castellón se perfila una "costa caótica", con  edificaciones prácticamente en la línea del mar y una playa en constante  regresión. Sin embargo, poco se puede hacer ya en una zona tan consolidada y, al  margen de medidas para liberar las franjas de servidumbre, las propuestas de  actuación apuntan a la realización de un estudio global de estabilización de la  costa.
 Al norte de Castellón aún existe alguna posibilidad, con lo que Medio  Ambiente propone ampliar el parque del Pinar hasta la desembocadura del Riu Sec,  en una zona que actualmente se usa como aeródromo. "Deberá conseguirse  especialmente la no consolidación urbana", dice como propuesta. Sin embargo, ya  existe un proyecto para este tramo, la Ciudad de las Lenguas que aún está por  definir.
 Al sur del puerto de Castellón, la Estrategia para la Sostenibilidad de la  Costa apunta otra gran propuesta: declarar fuera de ordenación los terrenos  situados desde el extremo sur portuario hasta la desembocadura del río Mijares,  que está protegido, lo que abarca el frente litoral de Almassora. Más al sur,  apuesta por recuperar los antiguos terrenos de dominio público de la playa del  Arenal, en Burriana, y demoler un espigón del puerto de este municipio.