Marina d´Or se ha convertido en protagonista de El Mundo al revés. La compañía continúa renegociando su deuda, aunque ya ha llegado a algunos acuerdos, según las últimas cuentas individuales de 2009 de la cabecera del grupo.
Además, en las mismas se reconoce que "está negociando operaciones adicionales de financiación con entidades bancarias que permitan el mantenimiento de las operaciones de la Sociedad". Para ello, solicitó 60 millones.
Según han confirmado a este periódico fuentes conocedoras de la situación, la banca ha rechazado darle esa cantidad, lo que le deja al borde del naufragio. Sin embargo, acepta otorgarle la mitad de lo solicitado siempre y cuando presente un plan de viabilidad. Y aquí es donde viene El Mundo al revés. Jesús Ger, el dueño de la promotora, se ha negado a diseñarlo.
El plan de futuro no sólo lo reclama la banca acreedora, sino también su auditor, Deloitte, en sus últimas cuentas consolidadas. Concretamente le advierte de que "la capacidad del grupo para realizar sus activos dependerá del éxito del plan de negocio establecido, de las operaciones futuras y del mantenimiento del apoyo financiero necesario".
Por otro lado, las cuentas individuales de 2009 de Marina d´Or Loger, la cabecera del grupo, explican que se ha llegado a acuerdos con determinados bancos (el grupo logró refinanciar, el primer semestre de 2009, 116,6 millones) y se han intercambiado activos con algunas entidades por deuda.
Sin embargo, reconoce que "la planificación financiera a corto y medio plazo de la sociedad y del grupo en el que se integra contempla necesidades adicionales de recursos derivadas de la actividad prevista, que se espera sean cubiertos con las nuevas operaciones de financiación que se espera formalizar durante el ejercicio 2010".
Y entonces, ¿qué sucede si Ger no elabora su proyecto de futuro, teniendo en cuenta que en sus propias cuentas se destaca la necesidad de financiación adicional? La banca asegura que su situación es crítica y que tiene muchas papeletas para acabar en concurso de acreedores si la difícil situación que atraviesa el sector inmobiliario se prolonga en exceso en el tiempo.
Le salvan las garantías
En la mayoría de los casos en los que una promotora, inmobiliaria o constructora ha negociado una refinanciación, la banca teme la caída de la compañía por la provisiones que van a lastrar sus cuentas, ya que en la mayoría de los casos se infló el valor de los inmuebles y los terrenos a edificar.
Sin embargo, en este caso, las cosas son distintas por el tipo de garantías que tiene la banca. Fuentes financieras sostienen que éstas duplican el valor de la deuda total de la compañía, ya que Marina d'Or, cuando solicitó el crédito que ahora quiere refinanciar, entregó a la banca terrenos como garantía. Actualmente, esos activos han sido edificados y en caso de que el grupo cayese, las entidades financieras obtendría esos suelos ya edificados, por lo tanto, su valor se duplica como mínimo. No obstante, el endurecimiento de las nueva normas de provisiones podrían hacer que la banca se decantase por salvar uno de los pilares de la economía de Oropesa y Cabanes (Castellón).
Marina d´Or, por su parte, asegura que su situación no es tan crítica como la banca asegura y que la cantidad solicitada no es para evitar ningún naufragio, sino para poner en marcha nuevos negocios. Además, el grupo lleva tiempo adecuando su dimensión y sus gastos a la actual situación económica y abriendo mercados y sectores con posibilidades como las renovables.
Por otro lado, el grupo, que ya ha recibido el visto bueno para el futuro PAI Marina d´Or Golf, ya explicó en otras ocasiones que aunque "en el periodo de bonanza la empresa era capaz de generar el capital necesario para ese macro proyecto, la actual coyuntura nos obliga a buscar financiación".
En caso de un fatal desenlace de todo el proceso, las entidades que se verían más comprometidas serían, en primer lugar, el Banco Popular, al que el grupo adeuda unos 200 millones; el Pastor, que soporta unos 80 millones; Caja Madrid, con 65 millones; Bancaja, cuya exposición está cerca de 60 millones; el Sabadell, con 50 millones; y Santander, BBVA y La Caixa, con menos de 80 millones. Además, en la deuda se encuentran otros 20 bancos y cajas con importes inferiores.
El lastre de Marruecos
La cuentas individuales también explican que las pérdidas netas de 25,5 millones en las que ha incurrido en 2009, se deben a que su sociedad Marina d´Or Maroc "se encuentra en situación de desequilibrio patrimonial". Por ello, la sociedad ha realizado una aportación de los socios para compensar las pérdidas, que han alcanzado los 21,2 millones. No obstante, advierte, "está pendiente la adopción de los correspondientes acuerdos en dicha filial, a efectos de cumplir con la legislación aplicable en Marruecos".