- Tiene que afrontar un deuda de 38,4 millones
Amenaza tormenta en la Ciudad de Vacaciones. Marina d'Or recorre actualmente las entidades financieras con el objetivo de lograr unos 60 millones que den un poco de oxígeno al grupo. Según aseguran fuentes financieras, necesita ese dinero para sobrevivir y si no se iría a concurso de acreedores.
Y el problema es más gordo todavía si se pregunta a esas entidades hacia qué lado inclinan su balanza. La gran mayoría no tiene en mente realizar el esfuerzo que necesita el grupo turístico, aseguran las mismas fuentes.
Consideran que dar apoyo financiero a un proyecto que se encuentra en núcleos urbanos es una cosa, y otra, ayudar a un claro ejemplo de la burbuja inmobiliaria situado en una playa en la que además, el grupo ha dado marcha atrás en la construcción de algunos de sus edificios en Torre la Sal, un pueblo de pescadores en Cabanes (Castellón).
Deuda de 798 millones
Según las últimas cuentas consolidadas que presentó la compañía, del ejercicio 2008, la deuda total del grupo asciende a 798 millones y en el año 2010 tendría que hacer frente a un pago de 38,39 millones. Esta cuota aumenta sucesivamente en los siguientes años. En 2011 la deuda a abonar sería de 51,5 millones; en 2012 alcanzaría los 64,6 millones; al año siguiente superaría los 79 millones y, a partir de 2014 harían frente a los 492,8 millones restantes hasta cubrir la deuda total (ver gráfico).
Marina d'Or reconoce que está buscando financiación, pero explica que la cifra de 60 millones "no es definitiva, ya que estamos valorando distintas posibilidades con diversos grupos inversores y entidades financieras". Por otro lado, asegura que el dinero no es "para su subsistencia, sino para poner en marcha nuevos negocios y propuestas que nos permitan superar este largo periodo de crisis de la mejor manera posible". Además, explica que "el grupo lleva tiempo adecuando su dimensión y sus gastos a la actual situación económica y abriendo mercados y sectores donde hay posibilidades". Este sería el caso, por ejemplo, de las nuevas empresas que ha constituido para explorar el sector de las energías renovables.
Por otro lado, el grupo turístico manifiesta que está muy ilusionado en comenzar el proyecto de Marina d'Or Golf, pero advierte que "si bien en el periodo de bonanza la empresa era capaz por sí misma de generar la cantidad de dinero necesaria para ese macro proyecto con sus propios recursos, la actual coyuntura nos obliga a buscar financiación".
Futuro incierto
Pero, a pesar de las buenas intenciones, lo cierto es que la compañía tiene un futuro difícil por delante. Deloitte, el auditor de las cuentas del grupo, ya advirtió que su futuro depende de que haya un acuerdo de refinanciación.
Además, apunta en sus conclusiones la necesidad de liquidez al explicar que "en esta situación, la capacidad del grupo para realizar sus activos dependerá del éxito del plan de negocio establecido, de las operaciones futuras y del mantenimiento del apoyo financiero necesario".
En caso de un fatal desenlace de todo el proceso, las entidades que se verían más comprometidas serían, en primer lugar, el Banco Popular, al que el grupo adeuda unos 200 millones; el Pastor, que soporta unos 80 millones; Caja Madrid, con 65 millones; Bancaja, cuya exposición está cerca de 60 millones; el Sabadell con 50 millones; y el Santander, BBVA y La Caixa, con menos de 80 millones. Además, en la deuda se encuentran otros 20 bancos y cajas con importes inferiores.
La esperanza
No obstante, la refinanciación que Marina d'Or logró a principios de 2009 da esperanzas al grupo turístico. Durante el primer semestre del pasado ejercicio la compañía que preside Jesús Ger formalizó ya una operación de este tipo 116,6 millones. A 31 de diciembre de 2008, el endeudamiento bancario total ascendía a 798 millones.
Marina d'Or se defiende y destaca que, al margen de la deuda, su situación financiera es saludable, entre otras razones porque "contamos con activos libres de toda carga por 2.700 millones".
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