dilluns, de juliol 10, 2006

Opinió.CAstelló, el gran vertedero



Opinió.CAstelló, el gran vertedero

08 Febrer, 2006
El problema de los residuos parece terminarse con las firmas de acuerdos y grandes promesas y planes zonales para no cumplir, mientras, aparecen como setas por todas nuestras comarcas, proyectos de vertederos (les Coves, Salzadella, Fanzara o Cervera) o incineradoras (Vall d´Alba, Cabanes, Sant Rafael y el que venga después)
El problema de los residuos parece terminarse con las firmas de acuerdos y grandes promesas y planes zonales para no cumplir, mientras, aparecen como setas por todas nuestras comarcas, proyectos de vertederos (les Coves, Salzadella, Fanzara o Cervera) o incineradoras (Vall d´Alba, Cabanes, Sant Rafael y el que venga después)
Además de significar una golpe letal para el futuro de los pueblos directamente afectados y sus alrededores, imposibilitando un crecimiento sostenible, o la búsqueda de nuevas salidas como turismo rural, residencia de calidad, o cualquier actividad razonable de empleo, pasa a ser una quiebra en el sistema de residuos, ya que la única política que piensa el PP de facto con respecto a los residuos (sean normales, o tóxicos y peligrosos) , son enterrarlos, o directamente quemarlos, la opción más nociva y retrógrada posible. Se crea un negocio, a modo de círculo vicioso, alrededor de los residuos, a más residuo, más trabajo para las empresa que gestionan las instalaciones, y desaparece la prioridad de reducir basuras, reciclar y reutilizar para minimizar al máximo.
El interior de Castelló se ha convertido en el gran trastero donde caben campos eólicos, vertederos, plantas de purines, minas, prisiones, y en definitiva todas las inversiones negativas, aceptadas por ayuntamientos pequeños como el maná divino: los problemas de despoblamiento que afectan en estos pueblos de interior, y un nefasto sistema de financiación los hace vivir aceptando cualquier inversión aunque suponga pan para hoy y hambre para mañana.
Hay que buscar entre las administraciones un acuerdo por vertebrar y ordenar adecuadamente el territorio, y equilibrar las inversiones. No podemos aceptar, que por ejemplo, los centros de salud, o los institutos de enseñanza no vayan a los pueblos del interior por la excusa de no haber bastante población, pero sí los centros penitenciarios. Así pues, o creemos que el crecimiento y desarrollo ha de ser para todos por igual, y no condenamos al interior de nuestras comarcas a recibir nuestras basuras, o cada vez tendremos nuestros pueblos y comarcas más desestructurados e irrecuperables.