Más difícil todavía. El presidente de la aerolínea irlandesa de bajo coste, Ryanair, dijo que el aeropuerto de Castellón es uno de los 80 que están en “lista de espera” para operar con esta compañía. En Alicante, Michael O’Leary puntualizó lo que Compromís nos temíamos: que espera recibir ofertas jugosas para aterrizar en Castellón. “A este paso, los ciudadanos de a pie tendremos que pagar por pasajeros inexistentes y también para hacer ricas a compañías que ya vuelan a Alicante, Valencia y Reus y que”, según Carles Mulet, candidato autonómico por COMPROMÍS, “no parece que estén desesperados por operar en las instalaciones de Vilanova-Benlloch”. Por dichas declaraciones se sobreentiende que las negociaciones están “demasiado verdes”. El propio patrón de la compañía dijo no conocer las instalaciones que inauguraba Fabra recientemente por todo lo alto.
El rey Midas de los vuelos baratos ha confirmado loo que nos temíamos que no hay plazos ni acuerdos para operar desde Castellón. Desde Compromís creemos que “hubiera sido más adecuado planificar los vuelos y destinos antes de acabar las obras”. Además, Ryanair es una aerolínea que destaca por sus agresivas negociaciones con las autoridades. En Valencia ya efectuó años atrás un boicot y ahora amenaza con reducir sus vuelos a Alicante. Las declaraciones del irlandés O’Leary suponen ni más ni menos, a nuestro juicio, que el de Castellón es uno más de los aeropuertos que deberá acudir a esa “subasta” a la que concurrirán 80 aeropuertos más y que supondrá un coste añadido a todo el gasto enorme que ha supuesto ya esa megainfraestructura.
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